El buen gobierno de las comunidades de propietarios

La Ley Catalana de Propiedad Horizontal contempla la designación de los órganos de gobierno una vez al año. La mayoría de comunidades lo interpretan como un cambio anual casi obligatorio, pero esto no debe ser forzosamente así.

Atendiendo a nuestro criterio, dónde encontramos que una Comunidad es muy asimilable a una empresa: con su capital (el inmueble), su presupuesto, su objetivo (que no debe ser otro que la mejora del valor del inmueble), sus empleados contratados directos o indirectamente (empresas de limpieza, mantenimientos de todo tipo) y sobre todo sus órganos de gobierno, en especial el Presidente y el Administrador.

¿Podríamos imaginarnos una empresa que sobreviviera cambiando cada año el Consejo de Administración y Gerente? ¿Que cada año se cambiaran las directrices? ¿Que un año se tomaran decisiones y el siguiente quedaran sin efecto?… Pues así funcionan muchas Comunidades de Propietarios.

Nuestra visión sobre el tema, siempre mirando a largo plazo, es que la presidencia de una Comunidad de Propietarios debería durar mínimo 2 años y siempre con la figura de un vicepresidente que automáticamente pasara a ser el futuro presidente, otorgándole así una continuidad de 4 años, tiempo suficiente para que puedan desarrollarse proyectos con tranquilidad y coherencia. De igual modo, sería correcto limitar los mandatos, por la única razón de que todo el mundo acabe responsabilizándose del bien común, que es el inmueble.

Porque algo tanto de sentido común, ¿no es lo habitual?

Seguramente, los principales responsables somos nosotros, los Administradores, que no hemos sabido explicar correctamente la importancia de un buen gobierno en las Comunidades de Propietarios, que un buen gobierno necesita su tiempo para realizar y cerrar proyectos. Y sobre todo debemos saber explicar que como Administradores de Comunidades de Propietarios (asimilados a los Gerentes de cualquier compañía) nuestra misión es ejecutar las decisiones de La Junta y sobre todo librar al Presidente de cualquier carga del día a día. Por tanto, el Presidente no debe temer un período más largo de su mandato en beneficio de la empresa común EL INMUEBLE.

Joana Amat

Coodirectora General de Amat Immobiliaris