Los burdeles y las «carasses» de Barcelona

Del oficio más antiguo del mundo Barcelona aún guarda todavía vestigios arquitectónicos que el paso del tiempo ha mantenido en las calles más estrechas de la Ciudad Condal que, en la mayoría de ocasiones, pasan inadvertidos a ojos de turistas y vecinos.

Quizás por su tradición portuaria desde la época romana, siendo puerta de entrada de mercancías para el resto de Europa, Barcelona ha tenido una estrecha relación con la prostitución, ya que se conoce que los marineros, al menos en los siglos XVII-XVIII, contaban con la fama de usuarios activos y la leyenda cuenta que  hacían la promesa a la virgen de hacer feliz a una mujer si se salvaban en algún momento de mala mar, lo que había propiciado el sacar de la ‘mala vida’ a alguna prostitutas de burdeles de la ciudad.

En aquellos años en los que los neones de colores aún no existían, se empleaban otros sistemas de identificación de burdeles para evitar confusiones en los portales. Había un código de señales de los cuales actualmente aún se conservan algunos símbolos en el Barrio Gótico. Los prostíbulos estaban obligados a pintar de rojo la parte baja para representar la lujuria de entre esas paredes, pintar el número de la puerta más grande que los otros edificios y colocar ‘carasses’.

 

Carassa a MirallersFoto: Enric Borràs

Las ‘carasses’ son figuras de piedra que representaban la cabeza de demonios o sátiros, féminas o representaciones inciertas con caras pecadoras. Son elementos arquitectónicos que sobresalen en las esquinas de los edificios que antiguamente habían sido prostíbulos.

El origen de las mismas se remonta al siglo XVII y es posterior a 1640, a la guerra ‘dels segadors’. Se cree que en esa fecha fue cuando se instauraron estas medidas para que los soldados de las tropas castellanas pudieran encontrar los prostíbulos fácilmente. Una anécdota es que a mediados del siglo XX aún se podían ver pintados de rojo un par de burdeles en el centro de Barcelona.

Papamosques_CarassaFoto: Enric Borràs

El ‘Papamosques’ es quizás el más conocido de la ciudad, ya que tiene hasta nombre! Parece ser que es una réplica de una figura de la catedral de Burgos y se encuentra entre las calles de las Mosques i Flassaders, donde había un prostíbulo de alta categoría.

Carassa del Carrer de les PansesFoto: Enric Borràs

En el blog ‘Altres Barcelones’ destaca esta figura muy característica. Es una de las ‘carasses’ más destacadas y se encuentra en el Carrer de les Panses, una pequeña calle escondida en la Ciutat Vella. Todo indica que la nariz apunta a un posible prostíbulo ya que está concretamente tan solo apuntando una planta y es una estrategia clara para indicar que no molesten a los otros vecinos…

Por suerte Barcelona puede presumir de historia y de conservar muchos de los elementos que la ilustran, aunque más vale darse prisa para conocerlos; la transformación de la ciudad hará desaparecerlos más pronto que tarde.