La Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) que no ha nacido

LA VIVIENDA NO ES UNA MONEDA DE CAMBIO, ES UNA NECESIDAD QUE RECLAMA A GRITOS CONSENSO 

Tras la derogación del Decreto Ley más corto de la historia, que modificaba la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU), queremos compartir con todos vosotros nuestra visión del mercado de alquiler.

Como muchas veces nos has oído decir, nosotros que llevamos 70 años en el sector inmobiliario, siempre hemos estado abiertos a trabajar para hacer compatible todo tipo de ofertas como la compraventa, el alquiler, las cooperativas, … y cualquier nuevo planteamiento que la sociedad actual pueda imaginar, siempre teniendo claro que salimos de un déficit histórico de alquiler y que debe resolverse con la velocidad más alta posible. La sociedad actual es una sociedad líquida y esto quiere decir que el pago por uso será uno de los medios que más favorezcan esta dinámica de la sociedad del siglo XXI.

El alquiler no es otra cosa que un pago por uso

Potenciar pues el alquiler es la misión y el deber de todos los gobernantes, y deben hacerlo por dos caminos. El primero es haciendo oferta de vivienda protegida para familias en riesgo de exclusión social; el segundo es fomentar que la inversión privada desarrolle parte de la oferta necesaria para cubrir una demanda que hoy no puede encontrar salida y que presiona los precios al alza.

Y, todo ello, se puede hacer respetando absolutamente al inquilino tanto si las reglas del juego son claras o si tenemos una Ley de Arrendamientos Urbanos moderna, clara y con garantías para ambas partes.

No estuvimos de acuerdo en absoluto con la Ley 4/21013 que desprotege totalmente al inquilino y que ningún propietario había pedido, ni con el Decreto Ley de 18 de Diciembre de 2018 que ayer derogar, a pesar de considerar que había puntos positivos como alargar el contrato. Estamos hablando de temas muy sensibles  (la vida de las familias, el entorno donde se educa a los hijos, …) en el que la estabilidad favorece las dos partes. En definitiva, el Decreto era claramente confundido y fruto de la precipitación y tampoco resolvía la complejidad del mundo del alquiler.

Ahora, toca negociar una nueva modificación de la Ley de Arrendamientos. Pedimos a todos los actores políticos que huyan de medidas vacías y populistas, que aprovechen la oportunidad para hacer una reflexión en profundidad sobre hacia dónde debe ir la sociedad y sirva para encontrar un equilibrio entre los intereses de las partes, no por imponer medidas no objetivas que terminen frustrando las posibilidades de inversión privada, absolutamente imprescindible para, entre todos, poder llegar a niveles de oferta de alquiler de los países europeos.

Se hace un uso y abuso cuando se habla de poner topes a las rentas sin especificar qué quiere decir y, sobre todo, cuáles serán los instrumentos para llévalo a cabo. Queremos dejar claro que estamos absolutamente en contra de proponer topes, distorsionando así los valores razonables de mercado.

El pasado 2017, la Generalitat de Cataluña puso en marcha otro sistema, mucho más avanzado y transparente, el llamado «Índice de Referencia de precios de Alquiler» que no es otra cosa que poner al servicio de propietarios e inquilinos los datos recogidos y procesados en base a las fianzas depositadas. Se trata, por tanto, de datos absolutamente reales y objetivos y que dan como resultado una franja de precios, zona a zona y tipología por tipología.

Lo que tenemos que hacer entre todos es crear el hábito de consultar estas herramientas que facilitan que no haya abusos ni distorsiones de precios, pues quedarían absolutamente en evidencia.

El problema del resto de España es que en pocos lugares se dispone de los datos objetivos para que el Índice pueda funcionar correctamente, ya que no existe el requisito de depositar las fianzas. Es por ello que, a ciegas y de forma totalmente arbitraria, se pretende hablar de topes cuando lo que habría que hacer es trabajar la transparencia y la información que son la mejor base de protección de las partes.

Fomentar el alquiler es el objetivo y para ello tenemos que conciliar propietarios e inquilinos y es responsabilidad de todos que así sea.

Joana Amat

Vicepresidenta de Amat Immobiliaris