Había una vez un país… donde pasan muchas cosas positivas y tan sólo se habla de las negativas

Desde antes de las vacaciones se ha instalado el mantra que empieza a haber crisis en el sector inmobiliario, se habla en los medios, te preguntan … y no nos cansamos de decir que no, que vendemos bien, de forma sostenida.

  • Si hablamos de obra nueva en el entorno de Barcelona vamos bien, francamente bien, dentro de los ritmos previstos y sin problemas por temas de financiación.
  • Si hablamos de viviendas de segunda mano, la respuesta es que también vendemos bien. Pero aquí hay un matiz, vendemos bien si la valoración está bien hecha. Cuando los propietarios hacen caso de aquellos malos profesionales del sector que para lograr la comercialización de los inmuebles valoran alto, no se vende, y es normal.

La siguiente pregunta que habitualmente nos hacen, es si todavía hay recorrido en los precios porque no hemos llegado a los precios de 2008. Pregunta que siempre me sorprende, porque parece que alguien haya decidido que los precios de 2008 son los precios de referencia.

  • Nos cansamos de repetir que el precio es lo que los clientes pueden pagar y que va ligado al sueldo que cobran, definiendo el ahorro que pueden tener y la financiación que pueden afrontar. Lo que tenemos claro es que hoy la sensibilidad respecto al precio es muy grande, el mercado nos ha admitido en determinadas promociones incrementos de un 5%, pero no de un 15-20%.

También es positivo que en un Meeting Point poco publicitado como el de este año, y después de un viernes «movido» en la Ciudad de Barcelona, ​​el sábado se vieran muchas parejas jóvenes con criaturas informándose y concertando visitas para adquirir una nueva vivienda.

Sin embargo, cuesta de entender:

  • Que el paro haya subido en Cataluña durante septiembre mientras las empresas tengamos graves problemas para encontrar trabajadores, ya sean: contables, comerciales, abogados… ¡Y si hablamos de las constructoras, están desesperadas! Ni paletas, ni instaladores, ni carpinteros … Es verdad que durante la larga crisis salió mucha gente del sector, pero ahora que las cosas van bien y el trabajo es estable, no se incorporan nuevos trabajadores. Aunque los sueldos son buenos en el sector de la construcción, parece que vuelven dinámicas de épocas pasadas, ¡donde se marchan los trabajadores de una obra para ir a la de al lado para un sueldo un poco más alto!
  • Que cuando vas a cambiar el empadronamiento en un ayuntamiento, a pesar de haber tres personas de cara al público para atender al ciudadano y sin más nadie esperando turno, te digan que sin cita no te pueden atender y ¡te hagan volver la semana siguiente! O que para derribar un trastero de, por ejemplo, 3m2 los ayuntamientos pidan que un arquitecto asuma la dirección (debiendo preparar proyecto básico de derribo, memoria, presupuesto, tema residuos, estudio de seguridad y salud… ¡el Colegio de Arquitectos aún no se lo cree!).

La mayor parte de estos temas entran dentro de lo que llamamos la «telaraña burocrática», habrá que trabajar para hacer las cosas más fáciles, impulsar un espíritu de servicio, o como mínimo, de trato al cliente/ciudadano y, sobre todo, recuperar el sentido de la proporción.

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Immaculada Amat

Presidenta Amat Immobiliaris