El urbanismo al servicio del civismo

De unos años a esta parte, la forma de vivir en las ciudades está cambiando. Su urbanismo y estructura busca adaptarse a mejorar la vida diaria de sus habitantes, y de la forma más sostenible posible.

El ejemplo más claro lo hemos visto ahora con la Superilla de Poblenou y que, de momento, todo señala a que es un modelo que debe revisarse. Pero ésta no ha sido la primera iniciativa del consistorio para mejorar el urbanismo de la Ciudad Condal.

Muchos de los elementos urbanos que nos rodean han sido diseñados para cumplir una función determinada y su diseño va más allá de lo estético. De hecho, la mayoría son una herramienta para mantener el civismo en la ciudad. ¿Cómo?

Estos son algunos ejemplos:

Bancos individuales o ‘contra indigentes’

Estos bancos fueron muy criticados en su día y aún hoy hay muchos que los considera una incomodidad. Su diseño individual está pensado para evitar que los ‘skaters’ deslicen sus patinetes o se conviertan en camas improvisadas.

Bancs_individuals

Papeleras anti-adhesivos

Estas papeleras han sido ideadas para evitar que se peguen cualquier tipo de carteles o papel. Sus micro-agujeros hacen que sea difícil la adherencia y que, si se consiguiese, no se viera bien.

paperera

Esquinas anti-pipí

Lo más reciente son las esquinas anti-pipí para evitar los molestos olores de la orina que dejan los que no tienen un sitio mejor donde descargar. En Alemania han desarrollado una pintura repelente que hace salpicar su propio orín a todo aquel que orine en la pared. Además, también se han colocado púas para disuadir acercarse a la esquina para orinar.

 Orina