¿Vivir junto a la playa todo el año? ¡Sí, por favor!

Normalmente la gente asocia vivir en la playa con viviendas de segunda residencia en verano o fines de semana, pero nada más lejos de la realidad. Actualmente, hay muchas familias que eligen como primera residencia poblaciones costeras para establecerse. Por un lado, por la bajada de los precios de este tipo de viviendas, debido a la crisis que estimuló un aumento considerado en la venta de las que eran segundas residencias a precios inferiores a los que habían tenido hasta entonces. Por otro, y como una nueva tendencia que crece cada día más, por motivos saludables. Sí, de salud.

Mientras que para los amantes del mar vivir en la playa es un privilegio, para otros puede ser una necesidad. Varios estudios han confirmado que vivir cerca del mar es muy beneficioso para la salud, principalmente por la facilidad de poder hacer ejercicio y mantener así una vida más activa.

Según una investigación de 2001 llevada a cabo por la Universidad de Exeter, en Reino Unido, además de 48 millones de personas, se demostró que aquellas que vivían a menos de un kilómetro de distancia del mar confirmaron tener una «buena salud», mejor que aquellas que vivían en las grandes ciudades. Según los investigadores, los menores niveles de estrés son una de las bases para realizar esta afirmación. Por lo general, las olas y los flujos del mar generan una sensación que incita a la calma y la relajación.

Pero no todo es tan positivo, la humedad, la sal y el viento que se genera en la costa puede dañar los edificios y degenerarlos más rápidamente que en otros lugares. Pero quizás vale la pena correr el riesgo y contar con profesionales que ofrezcan los mejores servicios.

En nuestro caso, Barcelona, ​​que dispone de playa en la misma gran ciudad, recomendamos Diagonal Mar y el Port Vell, como lugares fantásticos e ideales para disfrutar de las ventajas que ofrece el mar, a la vez que cuenta con las facilidades que se encuentran en la ciudad.

Fuera de Ciudad Condal,  Sitges o el Maresme , también son dos opciones muy válidas para conseguir tranquilidad y bienestar junto al mar.

Más alejados de la capital de Cataluña, la Costa Dorada, en la costa de Tarragona, y la Costa Brava, en Girona, destacan por sus playas, unas de arena y otras de piedra y aguas transparentes , pero igual de relajantes.

Ahora con el verano en la esquina, quien no desearía tener una casita o un apartamento a la orilla del mar para poder dar unas zambullidas al anochecer, después de una agotadora jornada laboral en la gran ciudad? ¡Qué gran placer vivir en la playa!